4 DE NOVIEMBRE – Nació en Arona (Italia) en 1538. Desde joven se dedicó a los estudios y, a los 21 años, obtuvo el doctorado en derecho en la Universidad de Milán. De familia noble y muy rica. Consideró la muerte repentina de su hermano mayor, como un aviso enviado por el cielo, para estar preparado, porque el día menos pensado llega Dios por medio de la muerte a pedirnos cuentas. Renunció a sus riquezas y fue ordenado sacerdote y más tarde Arzobispo de Milán, dedicándose a la salvación de los hombres. El Cardenal Médici[i], Papa con el nombre de Pío IV, le nombró Secretario de Estado. Sus enormes frutos de santidad demuestran que fue una elección del Espíritu Santo.
En medio del turbulento siglo XVI, San Carlos luchó por la reforma que necesitaba la Iglesia, siendo uno de los santos más activos a favor de la misma y del pueblo; tomó muy en serio la frase de Jesús: "Quien ahorra su vida, la pierde, pero el que gasta su vida por Mí, la ganará". Participó activamente en el Concilio de Trento.
Fundó: 740 escuelas de catecismo, con 3.000 catequistas y 40.000 alumnos, 6 seminarios para formar sacerdotes y redactó para ellos unos reglamentos tan sabios, que muchos obispos los copiaron para organizar sus propios seminarios.
En 1578, fundó una congregación de sacerdotes seculares, llamados actualmente Oblatos de San Ambrosio y de San Carlos, que, por un voto simple de obediencia a su obispo, se ponían a disposición de éste para que los emplease a su gusto en la obra de la salvación de las almas. Pío XI formó parte congregación. Fue amigo de San Pío V, San Francisco de Borja, San Felipe Neri, San Félix de Cantalicio y San Andrés Avelino y de varios santos más. Murió el 4 de Noviembre de 1584 con 46 años.
[i] Giovanni Angelo Medici di Marignano hermano de su madre perteneciente a una rama de la familia Médicis