En 1725 llegó a Filipinas y en 1738 se trasladó a China, donde continuó como misionero durante más de 20 años.
Encontrándose en la prisión, le llegó el nombramiento de Obispo titular de Tipasa y Coadjutor del Vicario Apostólico de Fukien, Pedro Sans, pero lamentablemente, no pudo recibir la consagración episcopal.
Tras morir por asfixia, su cadáver fue quemado el 25 de Octubre de 1748. Se conservaron algunas reliquias suyas. Tuvo gran austeridad, gran devoción al rosario y fervor misionero. Fue beatificado por León XIII el 14 de Mayo de 1893 y canonizado por Juan Pablo II el 1 de Octubre del 2000.