Fue enviado como misionero a México y a Filipinas y, en el año 1615 se trasladó a Manila y en 1621 a Japón, disfrazado de mercader, pues por aquellos tiempos se perseguía muy cruelmente a los cristianos; con gran valentía en su predicación y deseo del martirio. Sin ningún temor, no dudó en llevar un gran consuelo a los presos y ayudar a todos los enfermos hasta ser delatado, apresado y martirizado en 1623.
El 25 de Agosto de 1624, tras morir a fuego lento; sus restos fueron arrojados al mar. Fue beatificado por Pío IX el 7 de Julio de 1867.