La adolescencia
El pan de los pobres — Vida de San Antonio de Padua — 02/01/2012
Deseamos llamar la atención de nuestros lectores, a lo largo de este año que iniciamos, en algunos hitos singulares en la vida de nuestro santo patrono,
Leer másFinal de una vida maravillosa
El pan de los pobres — Vida de San Antonio de Padua — 01/12/2011
Después de haber llevado una breve, pero activísima vida de apostolado, mediante la predicación y la
Leer másVida de San Antonio
El pan de los pobres — Vida de San Antonio de Padua — 21/11/2011
Introducción
Todos los lectores de EL PAN DE LOS POBRES conocen la vida de nuestro santo patrono y protector, San Antonio de Papua, pero ciertamente, el paso del tiempo y las circunstancias que rodean nuestras vidas, dan lugar a que hayamos dejado en el olvido: e momento, el entorno familiar y social, el espíritu de amor a Dios, que rodearon los diferentes pasos y decisiones, que Fernando fue tomando en su vida, desde muy niño.
Leer másSus sermones
El pan de los pobres — Vida de San Antonio de Padua — 21/11/2011
Durante su primera estancia en Padua, Fray Antonio preparó los Sermones dominicales, según dice la Assidua [1], retirado en alguno de los conventos que allí existían, el Hospicio de Arcella, junto al Monasterio de las Clarisas, o el Eremitorio de Camposampiero, donde pasaría algunos meses en soledad entre 1227 y 1230, mientras ejercía su ministerio.
Leer másNuevas responsabilidades
El pan de los pobres — Vida de San Antonio de Padua — 21/11/2011
En 1226 San Antonio es nombrado Custodio de los Frailes menores, en la Región de Limoges.
Leer másPredicación y lucha contra los herejes
El pan de los pobres — Vida de San Antonio de Padua — 21/11/2011
Durante los años 1223 y 1224, fray Antonio se dedica a la enseñanza de la Teología a los Frailes Menores en Bolonia que, habiendo sido designado para ello por San Francisco, recibe el nombramiento oficial del Obispo de Bolonia.
Leer másDedicación al estudio
El pan de los pobres — Vida de San Antonio de Padua — 21/11/2011
DESPUÉS de haber tomado la decisión de entregarse, en cuerpo y alma, a Dios, ingresando en la Orden de los Canónigos Regulares de San Agustín, en el Convento de San Vicente de Fora (Lisboa), famoso por su intensa vida de piedad y por su alto nivel intelectual, Fernando estuvo entregado de lleno a su formación y al estudio de las materias eclesiásticas.
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