Tengo la mala costumbre (o buena, no lo sé) de “picotear” entre las páginas de un libro antes de sumergirme en su lectura. A veces empiezo por el final, leyendo sus párrafos en orden inverso. Desconcertante, ¿verdad? Pues sí, eso hago. Y este no se iba a librar. Su autora, Cristina dell’Acqua es licenciada en Clásicas por la Universidad de Milán, y enseña latín y griego. En esta ocasión rescata textos de los clásicos, aparentemente inaccesibles o aburridos, para mostrarnos sus virtudes terapéuticas.
Este libro, dice su autora, está “pensado como un Spa, un recorrido de bienestar interior en el que cada etapa supone una lectura que cuida de un aspecto de nosotros y nos ayuda a vivir mejor, renovándonos.” SPA son las siglas de “salus per aquam” (salud por medio del agua). Esa es la idea: “de igual modo que el agua, que –brotando de manantiales lejanos e inaccesibles– nos sacia la sed río abajo, así algunas de las más bellas páginas que pensaron y escribieron los antiguos griegos y latinos nutren nuestra alma con sorbos de belleza.
”Con Esquilo aprendemos el coraje de tener miedo, con Sófocles la fórmula de la juventud, mientras que Eurípides nos ayuda a entrenar la voluntad, y Séneca nos enseña cómo convertirnos en nuestros mejores amigos: es la literatura penetrando en la vida de cada día”.
Subrayar: un ejercicio del alma
Al igual que la autora, yo subrayo los libros que leo, despiadadamente. Y hago anotaciones al margen. Para algunos es una verdadera profanación. Pero para mí es un diálogo, es darle más vida al texto. “Nuestros momentos de intimidad al lado de un libro son, a todos los efectos, dialécticos y recíprocos: leemos el libro, pero, quizá con mayor profundad, es el libro el Tque nos lee a nosotros” (George Steiner).
Destaco algunos enunciados del libro, o títulos de capítulos, que hablan por sí solos: “Los rostros del amor” (La mayoría de la gente considera que el amor significa ser amado en vez de amar – Erich Fromm”); “El jardín misterioso de la amistad” (Con perfume e incienso se deleita el corazón, y con la dulzura de los consejos de un amigo se serena el alma – Proverbios, 27:9); “La construcción de las raíces, lo bonito de aprender”.
Ruta de bienestar
Cada capítulo del libro termina con una “ruta de bienestar recomendada”, por ejemplo, la siguiente: “Sacad de cajas o cajones fotografías, papeletas con calificaciones escolares, cartas correos electrónicos o libros en los que podáis identificar la urdimbre de vuestras raíces, y revividlo como si fuesen los capítulos de vuestra biografía. De tanto en tanto, resulta saludable observarse a uno mismo.
Palabras que importan y reconfortan
A modo de epílogo, la autora ofrece en sus últimas páginas un “pequeño diccionario de palabras que importan y reconfortan”. Ambitio: sueños y aspiraciones, o, mejor dicho, no cortarle las alas a esa parte de nosotros que quiere florecer, respetando los demás; Anaghignóskein: leer con atención y reconocer; Aporia; callejón sin salida. Cuando nos topamos con uno, es para ponernos a prueba; Applicatio: aplicarse y ser aplicado, nuestra aplicación para activarnos; etc.
Debo confesar que, después de esta desordenada mirada a sus páginas, el ejemplar reposa en la mesilla de noche para una lectura pausada, casi meditada. Pienso disfrutarlo. La salud del alma es lo más importante en esta vida.
“Un SPA para el alma – Cómo cuidar mi vida con los clásicos griegos y latinos” Cristina dell’Aqua. Ediciones Rial