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Yoga y bienestar Verdadero

No ven en ello nada nocivo para su vida espiritual ni religiosa, siendo el Yoga es una de las seis doctrinas ortodoxas del hinduismo y una práctica propia de la espiritualidad de la Nueva Era o New Age.

Si bien la invitación o propuesta no prosperó me interesé en el tema y quise averiguar  or

qué la Iglesia Católica no recomienda este tipo de prácticas, consideradas tan “normales” por muchos. Algo sabía, pero me puse a investigar un poco más, para afianzar mis criterios.

Es amplia la información que se encuentra al respecto, pero quiero centrarme en el punto que marca la incompatibilidad entre yoga y cristianismo.

Según Diego López Marina en su publicación del día 5 de mayo de 2016 en aciprensa.com “Lo que nos dice el yoga o las tendencias New Age es que el hombre y Dios pueden ser uno mismo sin ninguna diferencia. El objetivo del yoga es unir el yo transitorio con el yo

eterno.” Explica también que las postura y ejercicios son parte de una disciplina espiritual que pregona llevar el alma a un estado donde lo natural y lo divino se convierten en uno. Samadhi es la denominación de este estado máximo.

Lucia Liencres profesora de Yoga afirma que el yoga es la búsqueda del samadhi donde se encuentra la felicidad. Es la unión de mente, cuerpo y alma.

En conclusión, todo lo que existe sería Dios, cada cosa y cada persona seríamos parte de Dios, parte de ese ser universal único. Hacerse uno con esta energía cósmica conocida también como realidad superior es lo que nos conduciría a un estado de plenitud óptimo, que la persona busca por sí misma.

Sin embargo, para los cristianos la vida espiritual consiste en una relación con Dios que se va haciendo cada vez más profunda con la ayuda de la gracia.

El yoga se centra en el “yo,” elimina el sacrificio de la Cruz, el dolor, la Redención. Alcanzar el nirvana significa eliminar el sufrimiento. El Catecismo de la Iglesia Católica señala que: “La muerte de Cristo…es el sacrificio que lleva a cabo la redención definitiva

de los hombres”

Entonces ¿dónde iremos a buscar la paz, la felicidad la vida eterna? ¿Fundiéndonos con el universo? ¿Limpiando nuestro cuerpo por dentro y por fuera con prácticas alejadas de un solo Dios verdadero?

La verdadera felicidad

La verdadera libertad y el verdadero amor se basan en la entrega y el sacrificio.

El otro día, en el colegio del pequeño de mis hijos, el profesor organizó un juego ejemplar. Le dio un globo a cada niño, pidiéndoles que lo inflaran y escribieran su nombre en él y lo tirasen en el pasillo, mezclándose todos los globos. Después, tenían cinco minutos para encontrar su propio globo. La confusión estaba organizada. Cuando sonó el silbato marcando el final del tiempo, pocos habían encontrado su globo. Entonces, el profesor les pidió que tomaran el primer globo que encontrasen y se lo entregaran al niño cuyo nombre estaba escrito en él. Enseguida cada uno tenía su propio globo. “Estos globos son como la felicidad –les dijo--. Nunca la encontraremos si todo el mundo está buscando la suya. Pero si nos preocupamos por la felicidad de los demás… también encontraremos la nuestra”.