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Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 
- Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete. 
Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis, viene el Hijo del Hombre. 
Pedro le preguntó: 
- Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos? 
El Señor le respondió: 
- ¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas? 
Dichoso el criado a quien su amo al llegar lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes. 
Pero si el empleado piensa: «Mi amo tarda en llegar», y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse; llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espere y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles. 
El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra, recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos. 
Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá; al que mucho se le confió, más se le exigirá.

Comentario Papa Francisco

(Vosotros, estad preparados). La armadura del cristiano est compuesta por el “casco de la salvación”, por la “espada del Espíritu”” y por la oración. Lo recuerda san Pablo: “Orad en toda ocasión”. Orad, orad. No se puede llevar adelante una vida cristiana sin la vigilancia. Una milicia, pero es una lucha bellísima, por que nos da esa alegría de que el Señor ha vencido en nosotros, con su gratuidad de salvación. Sin embargo todos somos un poco perezosos, nos dejamos llevar por las pasiones, por algunas tentaciones. Pero aunque somos pecadores no debemos desalentarnos, porque el Señor está con nosotros, quien nos ha dado todo y nos hará vencer también este pequeño paso de hoy, con la gracia de la fuerza, de la valentia, de la oración, de la vigilancia y de la alegría.