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El que cumple la voluntad del Padre entrará en el reino de los cielos

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: 
- No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. 
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. 
Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. 
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.

Comentario Papa Francisco

En el pasaje evangélico de Mateo (7,21.24-27), el Señor dice que quien “escucha estas palabrs mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca”. Al fin de cuentas se trata de una ecuación matemática: conozco la Palabra, la pongo en práctica, estoy construido sobre roca. La cuestión esencial, sin embargo es: ¿cómo la llevo a la práctica? Aquí está el mensaje de Jesús: ponerla en práctica como se construye una casa sobre roca.Y a esta figura de la roca se refiere el Señor. La roca es Jesucristo, la roca es el Señor. Una palabra es fuerte, da vida, puede seguir adelante, puede tolerar todos los ataques si esta palabra tiene sus raíces en Jesucristo. En cambio, una palabra cristiana que no tiene sus raíces vitales, en la vida de una persona, en Jesucristo, es una palabra cristiana sin cristo. Y las palabras cristianas sin Cristo engañan, hacen mal. Cuando las palabras cristianas  no tienen a Cristo comienzan a ir por el camino de la locura. Que el Señor nos alcance esta gracia de la humildad de decir palabras con Jesucristo. Fundadas en Jesucristo.