En primer lugar, es una ley que atenta directamente contra el artículo 27 de la Constitución, en el que se consagra la libertad de educación y el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.
La ley Celaá regula muchos puntos que preocupan a los padres, a las asociaciones de enseñanza y a los colegios concertados, pero lo peor es que en ningún momento han invitado a los directamente afectados a sentarse con la ministra para consensuar los puntos más conflictivos. Resumo a continuación algunos puntos fundamentales de esta ley:
1) Es un grave atentado contra la libertad de los padres a escoger la educación que quieran para sus hijos. Con esta nueva ley los padres no tenemos garantizado el derecho de que nuestros hijos reciban la formación religiosa o moral de acuerdo con nuestras convicciones. La religión ya no se computará para la selectividad ni los alumnos estarán obligados a cursarla.
2) La nueva ley elimina la “demanda social” de los centros concertados y, además, no podrán cobrar cuotas a las familias por recibir las enseñanzas de carácter gratuito. O sea, en definitiva, se busca potenciar el sistema de modelo de enseñanza pública y asfixiar a los centros concertados.
3) El castellano dejará de ser la lengua vehicular. La ley Celaá contempla que tanto el castellano como las lenguas cooficiales tengan consideración de lenguas vehiculares. Esto implica que el castellano deje de tener el reconocimiento oficial y que, además, en algunas Comunidades Autónomas el castellano desaparezca de las aulas.
4) Se favorece la mediocridad y el fracaso escolar en vez de potenciar la excelencia. La nueva ley contempla que se pueda pasar de cursos con materias suspendidas y la repetición de curso será excepcional.
5) Se apuesta por integrar la educación especial en los centro ordinarios. Esta es una medida de doble filo, porque aunque en principio pueda parecer muy bonito en la práctica es algo que es prácticamente imposible de realizar, pues siembre habrá niños/as que necesiten una educación especial. En ese sentido, la plataforma de educación inclusiva sí, especial también considera que a la larga se cerrarán las escuelas de educación especial. Por lo tanto, como Vd. ve, tenemos más que justificadas razones para estar más que preocupados por la educación que vayan a recibir nuestros hijos/as en el futuro y por el modelo de educación que se quiere implantar en España.