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¿Qué es la salud mental?

La salud mental es la manera en que nuestros pensamientos, sentimientos y conductas hacen frente a la vida, a las tensiones diarias y a las situaciones de estrés. La salud mental también nos induce a una imagen positiva de nosotros mismos y, a su vez, a relaciones satisfactorias con los demás.

Se define “salud” como el estado de completo bienestar físico,  mental y social, no sólo a la ausencia de afecciones o trastornos. Significa que el concepto de “salud mental” está fuertemente relacionado con la promoción del confort corporal, psíquico y comunitario, con la prevención de los trastornos mentales, además de con el tratamiento y recuperación de las personas afectadas por esta enfermedad.

La salud mental es, por tanto, algo que tenemos que cuidar, prestarle atención será el primer paso para detectar un posible problema de estas características y poder afrontarlo. Es fundamental la precocidad temporal en su detención y diagnóstico, de ello dependerá su mejor y más pronta recuperación.

En la actualidad 450 millones de personas en todo el mundo se ven afectadas por un problema de salud mental que dificulta gravemente su día a día, y se calcula que 1 de cada 4 personas tendrá un trastorno mental a lo largo de su vida.

¿Qué desencadena un problema de salud mental?

No suele existir una sola causa, para que aparezca un trastorno de salud mental debe darse una combinación de factores biológicos, como los genes o la química del cerebro, un entorno social aversivo y malas experiencias vividas, como trauma o abuso. La mayoría de los problemas de salud mental suelen iniciarse en la adolescencia y juventud o tras sufrir algún suceso traumático como perder un trabajo, la muerte de un familiar, una separación sentimental o un desahucio. Aunque puede haber personas con más predisposición genética que otras a tener un trastorno mental, todos estos factores son desencadenantes:

El abuso de sustancias farmacológicas, consumo de alcohol y drogas; estrés prolongado; familias disfuncionales; problemas socioeconómicos; desatención sanitaria; exclusión social; malos hábitos nutricionales; falta de higiene del sueño; duelos complicados o catástrofes sobrevenidas.

Debemos ser conscientes de que todas las personas podemos tener a lo largo de nuestra vida algún tipo de enfermedad mental, pero también saber que la salud mental se puede recuperar o mejorar sin suponer ningún obstáculo que impida llevar una vida normalizada y plenamente integrada en la sociedad, siempre que se cuente con los apoyos necesarios. Por lo que es necesario que eliminemos las barreras sociales invisibles, como prejuicios, discriminación o estigmas, que no hacen sino dificultar el proceso del restablecimiento en salud mental. Un estilo de vida saludable y una alimentación sana, con ritmos tranquilos, realizando ejercicio físico regularmente, evitando el estrés y el consumo de sustancias tóxicas, ayuda bastante a prevenir los problemas de salud mental.

¿Cuáles son los trastornos mentales más frecuentes?

Los trastornos mentales son afecciones graves que afectan directamente a la manera de pensar, sentir y comportarse, siendo patologías de larga o de ocasional duración pueden llegar a poner en riesgo nuestra salud física derivando en accidentes cerebro vasculares

diabetes o enfermedades cardíacas.

Hay muchos tipos diferentes de trastornos mentales, que iré desarrollando en siguientes

artículos, detallaremos los trastornos de personalidad, de alimentación, del estrés postraumático, e incluso los psicóticos como la esquizofrenia, pero los trastornos psicológicos más acuciantes, sobre todo entre los jóvenes de 15 a 19 años, son la ansiedad y la depresión.

El trastorno de ansiedad hace referencia al temor o presentimiento de peligro o desgracia, además de preocupación, angustia o síntomas somáticos de tensión que siente y experimenta la persona afectada, puede derivar en trastorno de pánico, obsesivo compulsivo y fobias. Los trastornos depresivos se caracterizan sobremanera por un estado de ánimo triste, irritable, con sensación de vacío y de pérdida de placer que se pueden ver acompañados por otros síntomas cognitivos y conductuales afectando significativamente la capacidad de funcionar con normalidad. Son enfermedades mentales del estado de ánimo o trastornos bipolares. Existe una gran preocupación por cuidar nuestro estado emocional y psicológico y de las personas queridas, sobre todo de

las generaciones más jóvenes y vulnerables.