Según la tradición, la noche del 24 al 25 de marzo de 1178 la Virgen se apareció a un piadoso canónigo de Tortosa al que entregó la cinta que ceñía su cintura, al igual que hiciera con el Apóstol Santo Tomás en el momento de su gloriosa asunción a los cielos, según la narración atribuida a José de Arimatea.
La devoción a la Virgen de la Cinta ha traspasado las fronteras, recorriendo más de mil kilómetros, de norte a sur, arraigando con fuerza en poblaciones como Barcelona, Madrid, Sevilla o Huelva. Tortosa le dedica las fiestas mayores –se celebran el primer domingo de septiembre– y fue declarada alcaldesa perpetua de la localidad hace 152 años, el 19 de enero de 1863.
La reliquia de Tortosa
Existían dos fragmentos de la Santa Cinta, tejida a mano al estilo antiguo con seda blanca e hilo de plata. Actualmente la Catedral de Santa María de Tortosa conserva el pequeño que mide "dos palmos de Tortosa", unos 20 centímetros. En 2017 se extrajo un diminuto fragmento que se depositó en el nuevo relicario llamado de la Lazada, para llevarlo a los enfermos. El relicario mayor (1619), con la reliquia que contenía, está desaparecido desde la Guerra Civil Española. El relicario pequeño fue recuperado en julio de 1939. Ganan indulgencia plenaria quienes visiten la capilla y recen ante la Santa Cinta el día de la fiesta.
Protección para el embarazo
Esta advocación está muy relacionada con la maternidad. A lo largo de estos siglos han rezado ante la reliquia mujeres embarazadas o que deseaban concebir.
Era costumbre llevar la Santa Cinta a las reinas españolas desde que Felipe IV la pidió en 1629 ante el nacimiento del infante Baltasar Carlos, en octubre de 1629. Hay noticias de haberse solicitado la reliquia en tiempos de Felipe V, en 1709 y durante el reinado de Isabel II. También en el nacimiento de Alfonso XIII, en 1886, y, más recientemente, en el nacimiento del padre de don Juan Carlos I.
En uno de esos viajes, de camino a la Corte, en el pueblo de Villar de Cañas (Cuenca), el 14 de enero de 1635, se produjo un suceso que causó sensación: al pasar la reliquia enfrente de la ermita de Nuestra Señora de la Cabeza la campana se puso a tocar dos veces durante largo rato. A la Cinta se le atribuyen numerosos prodigios, como la sorprendente curación del obispo de Salamanca, don Silvestre García Escalona, en 1702.
Otros cíngulos de la Virgen
Existen otras reliquias con el cinturón de la Virgen, como las que se conservan en el monasterio de la Anunciación de Vatopedy, en Grecia, o en la catedral de Prato, en Italia.
Sin embargo, hay una gran diferencia entre estas dos reliquias y la conservada en Tortosa. Mientras que las dos primeras habrían sido de la Virgen María en vida y habrían pasado de generación en generación desde los apóstoles, la de Tortosa viene de una aparición de la Virgen como regalo al piadoso sacerdote.
Datos útiles:
– Visita Catedral: de martes a sábado de 10:00 a 14:00 h. y de 16:00 a 19:00 h. Domingos y festivos de 11:00 a 14:00 h.
Misas: laborables a las 18.30 h. Festivos: a las 09.00 h - 11.30 h - 18.00 h
Para saber más:
https://www.lasantacinta.com