La pequeña pastora se ha dormido sobre la hierba de un prado, junto a una peña, al amparo de la Providencia. Está descalza y su chaleco de piel de cabra, rasgado. La ruda falda larga estiliza su figura, plácidamente recostada, con recato, sobre una roca que le sirve de almohada. El colorido pañuelo rojo alrededor del cuello, sobre el desgastado blusón azul, y los pendientes que luce, revelan su esmero por mantener la dignidad, incluso en la pobreza.
A su lado una pequeña cabra blanca, con el cencerro al cuello, mira erguida hacia el espectador, atenta, con las orejas tiesas y los incipientes cuernos en punta. La vigilancia de la frágil cabrita subraya la inocencia y el abandono seguro de su joven dueña.
Al fondo una arboleda y montañas. La tranquilidad reina en esta tarde de verano en el campo.
V I D A
Joaquín Agrasot y Juan (Orihuela, Alicante, 1836 - Valencia, 1919). Hijo de confiteros, estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, por medio de una beca de la Diputación Provincial de Alicante. Se trasladó a Roma en 1861 y allí conoció a Mariano Fortuny, uniéndoles una gran amistad. También en Roma, en la Academia Giggi de Via Margutta, entró en contacto con Casado del Alisal y Eduardo Rosales. En la de 1867, en la Exposición Nacional de Bellas Artes, obtuvo segunda medalla con esta obra de “Las dos amigas”. En 1875 regresó a España con reconocido prestigio. En 1898 fue nombrado miembro de número de la Academia de San Carlos de Valencia. Destacó en la representación de escenas costumbristas y de tipos populares, en el retrato y fue excelente dibujante. También cultivó los temas orientalistas, el retrato y la pintura religiosa, sobre todo en su juventud, abordando sólo por imposición de la moda oficial la pintura de Historia.