En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos Galilea, les dijo Jesús:
-"Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día."
Ellos se pusieron muy tristes.
Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron:
-"¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?"
Contestó:
-"Sí."
Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle:
-"¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?"
Contestó:
-"A los extraños."
Jesús le dijo:
-"Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizarlos, ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti."
Comentario del Papa Francisco
Como escribí en la exhortación apostólica Evangelli gaudium, estamos llamados a ser una Iglesia “en salida”, en movimiento desde el centro hacia la periferia, para salir al encuentro de todos, sin miedo, sin desconfianza y con valentía apostólica (cf. N. 20) ¡Cuántos hermanos y hermanas, cuántas situaciones, cuántos contextos, incluso los más difíciles, tienen necesidad de la luz del Evangelio!.