La personalidad del autor y su reconocido prestigio, como Catedrático e historiador, son suficientes para garantizar el interés de este libro, con el que se quiere evitar el olvido de la secular labor que la Iglesia católica, su jerarquía y militantes, ha realizado, a lo largo de la historia, para la vertebración y la sólida cimentación de España, como nación.
Es lógico que quiénes ven en la Iglesia un enemigo de su forma de entender la vida, en general al margen de Dios, vean en la actitud de la Iglesia una forma de condicionar la vida de las personas.
La lectura del libro nos va permitir refrescar nuestras nociones sobre la Historia de España, con sus luces y sombras, incluso las divergencias en cuanto al modo de actuar, que no afectaban a la unidad de pensamiento. El Gobierno de Dios frente a la tiranía de Satanás, así nos lo describía Quevedo, el gran crítico al que era frecuente atribuir las humoradas. De las tres misiones que la Iglesia confió a la Monarquía Española: defensa frente a los turcos, hacer de América un bastión católico, y defender la fe, las dos primeras fueron suficientemente cumplidas. En la tercera puede que quede tarea por delante.