Los castaños de la
Avenida du Bois, que desemboca en el Arco del Triunfo, hoy Avenida Foch, están en flor. A la derecha, al fondo, casi fuera del cuadro, bajo los árboles, aparece uno de los primeros coches con motor de la época. La calzada es aún de tierra, por eso hay todo un dispositivo de riego, en plena actividad, para mitigar el polvo que levantan los coches de caballos. Una pareja, ella de blanco y él de oscuro, ambos con sombrero, disfrutan de la mañana dando un paseo en bicicleta avenida abajo.
Los niños, acompañados de las madres o amas, se encuentran en el paseo con sus juegos. La niña del perrito ha abandonado por unos instantes el cubo en la arena al ver pasar al marinerito con su aro en mano.
Dos elegantes señoritas compran flores en el pequeño “mercado ambulante” que constituyen las dos grandes cestas de mimbre de esta esforzada jovencita.
¿No es verdad que la moda en esta época era mucho más agradable a la vista que la actual? La escena llama la atención por la dignidad de todos los personajes, el respeto en el trato, y su personalidad. Se respira en el aire serenidad y distinción.
¡Qué lejos están de la vulgaridad contemporánea, a menudo tan grotesca y agitada! Era un mundo todavía asentado en los valores de la tradición, la familia y el buen gusto. El éxito recogido recientemente por determinadas series de televisión, situadas en ambientes de la época, muestran la añoranza que, a pesar de todo, pervive en el fondo de los corazones.
V I D A
Luis María de Schryver nació en París en 12 de octubre de 1862. Sus primeras obras, dos bodegones, las expone con trece años en el Salón de 1976. Aunque continuó con naturalezas muertas, se introdujo de lleno en los retratos y escenas de género, transmitiendo el ambiente elegante de las calles de París, deteniendo su mirada en los puestos flores y en los coches de caballos, llenando de luz y realismo sus obras. Mostró también su entusiasmo por las carreras de automóviles, que ya comenzaban, plasmándolas en numerosos lienzos, en un estilo más impresionistas con vistosos colores y pinceladas rápidas, pero no encontró la misma aceptación en el mercado y volvió a centrarse en los ambientes de París. Entre 1919 y 1925 viajó a la región del Rhin para estudiar y pintar su paisaje. Murió en París, en 1942 a la edad de 80 años. Su obra se encuentra en numerosos museos de Francia.