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Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?

Evangelio del día


Lectura 1
Os daré pastores conforme a mi corazón
Lectura del profeta Jeremías 3,14-17

Volved, hijos apóstatas -oráculo del Señor-
soy vuestro dueño.
Os escogeré a uno de una ciudad,
a dos de una tribu,
y os traeré a Sión.
Os daré pastores conforme a mi corazón,
que os apacienten con ciencia y experiencia.
Cuando os multipliquéis y crezcáis en el país,
en aquellos días -oráculo del Señor-,
ya no se nombrará el arca de la alianza del Señor:
no se recordará ni se mencionará,
no se echará de menos, ni se hará otra.
En aquel tiempo llamarán a Jerusalén
«Trono del Señor»,
esperarán en ella todas las naciones,
por el nombre del Señor que está en Jerusalén;
y ya no seguirán la maldad de su corazón obstinado.

Salmo
Jr 31, 10. 11-12ab. 13
R. El Señor nos guardará como pastor a su rebaño.

Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como pastor a su rebaño».

Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor.

Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas.

Evangelio
Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?
Lectura del santo Evangelio según San Juan 20,1. 11-18

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
- Mujer, ¿por qué lloras?
Ella les contesta:
- Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.
Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
- Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
- Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.
Jesús le dice:
- ¡María!
Ella se vuelve y le dice:
- ¡Rabboni», que significa: «¡Maestro!
Jesús le dice:
- Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: «Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro».
María Magdalena fue y anunció a los discípulos:
- He visto al Señor y ha dicho esto.