>La Infancia de Jesús es un libro con doble firma (Joseph Ratzinger y Benedicto XVI), con una gran interpretación sencilla y canónica de la historia de Jesús arraigada en el Antiguo y Nuevo Testamento. No se trata de “un acto magisterial” sino más bien de una “expresión de mi búsqueda personal”.
Benedicto XVI se esfuerza por comprender e interrogar a los primeros capítulos de los evangelios de Mateo y Lucas. Hace preguntas familiares a las mujeres y los hombres de siempre: “¿Qué querían decir los evangelistas?”, “¿es verdadera su narración?”, “¿qué tengo que ver yo con todo ello?”.
Joseph Ratzinger, nos va recordando una “historia; historia real, algo que sucedió. Lógicamente una historia interpretada y comprendida a la luz de la palabra de Dios”. Jesús entra en la historia en un tiempo preciso y en un ambiente geográfico determinado. Lo universal y lo concreto se tocan. El infinito y lo finito se encuentran.
Es paradigmático el grito de las madres de la matanza de los inocentes. Hoy en día son realidades que escuchamos en Gaza, Congo, Pakistán, Nigeria, y en miles de lugares de la Tierra. Un libro que expresa una manifestación emblemática sobre la figura de los reyes Magos llegando desde lejos para adorar al Niño: “representan -anotó el Papa- el encaminarse de la humanidad hacia Jesús, la procesión que recorre toda la historia humana”. Esto despertó cierta polémica al señalar, en el capítulo IV, el origen Tartesio de los Reyes Magos, refiriéndose así al extremo del mundo entonces conocido, dado que, como señala el Papa, ‘los sabios de Oriente son un inicio; representan a la humanidad cuando emprende el camino hacia Cristo, inaugurando una procesión que recorre toda la historia. No representan únicamente a las personas que han encontrado ya la vía que conduce a Cristo. Representan el anhelo interior del espíritu humano, la marcha de las religiones, de la razón humana al encuentro con Cristo’.
Nos hace una referencia a la política: “a veces los poderosos de este mundo se adueñan del reino de Dios. Es entonces que éste se encuentra en peligro” porque o roban la fe o la rechazan.
Benedicto XVI nos va explicando el texto con mucha claridad y humildad, demostrando un gran respeto por la verdad y afirmando: “una explicación a las cuestiones expuestas, que convenza completamente, no la he encontrado”.