Un servidor como creyente opino que, la religión debe estar presente en la Escuela y en la Universidad privada y pública, con una enseñanza de alto nivel. El hombre que carezca de formación religiosa no está completamente formado, porque ignora una dimensión fundamental de la persona humana, que no excluye las demás ciencias.
Ciertos partidos políticos y personas que no quieren esta enseñanza en la educación pública, parece que olvidan que esta educación se paga con los impuestos de todos los ciudadanos, creyentes o no creyentes, no sólo con el dinero de los que no quieren esta enseñanza religiosa. Así pues, los padres creyentes tienen derecho a que sus hijos reciban enseñanza religiosa conforme a sus convicciones morales. La desean para sus hijos pero no la desean imponer para los hijos de los demás, porque respetan la libertad de elección en esta ciencia. En cambio algunos de los partidarios de la enseñanza pública sï que imponen que no exista esta enseñanza religiosa, y esto es un atentado contra la justicia y libertad democrática en la sociedad española.
Así que, si tales individuos quieren una enseñanza pública a su gusto, pues que la paguen ellos con su dinero, pero si los demás tenemos que pagar también (dice el dicho popular que el paga manda), el que exige enseñanza religiosa está en su derecho, ya que como todos paga.
Y por otras razones, los gobernantes deben respetar el derecho de los padres y de los alumnos en conformidad con los principios de la Constitución Española y de los acuerdos internacionales firmados por el Estado Español con la Santa Sede en materia de enseñanza.