En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharlo. Y los fariseos y los letrados murmuraban entre ellos:
- Ése acoge a los pecadores y come con ellos.
Jesús les dijo esta parábola:
- Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, se la carga sobre los hombros, muy contento; y al llegar a casa, reúne a los amigos y a los vecinos para decirles:
- ¡Felicitadme!, he encontrado la oveja que se me había perdido.
Os digo que así también habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
Y si una mujer tiene diez monedas y se le pierde una, ¿no enciende una lámpara y barre la casa y busca con cuidado, hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, reúne a las amigas y vecinas para decirles:
- ¡Felicitadme!, he encontrado la moneda que se me había perdido.
Os digo que la misma alegría habrá entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta.
Comentario Papa Francisco
La Iglesia recuerda cada 3 de noviembre a san Martín de Porres, peruano, humilde fraile dominico, que vivió entre 1579 y 1639. Su espiritualidad estaba en el servicio, porque sentía que todos los demás, incluso los más grandes pecadores, estaban por encima de él. “Considerad a los demás como superiores a cada uno de vosotros”, dice el Apóstol a los cristianos. Él mismo se declaraba indigno de ser llamado apóstol, el último. Ese era su sentir: pensar que todos los demás eran superiores a él.