La Iglesia rinde a los santos y venera sus imágenes y sus reliquias auténticas. Las fiestas de los santos proclaman las maravillas de Cristo en sus servidores y proponen oportunos ejemplos a la imitación de los fieles (Concilio Vaticano II, SC, nº 111).
Esta novena es una invitación a la vida santa. Ofrece temas de espiritualidad para orar y reflexionar. La reflexión puede llevar a la devoción a san Antonio a través de su doctrina. Con frecuencia se aportan las palabras que el santo nos dejó en sus Sermones escritos.
Se trata de una novena para la devoción privada, pero que puede servir también para actos comunitarios y públicos, igual que la segunda parte del libro: Devociones y oraciones.