Estoy de acuerdo en ello porque veo que la explosión de instintos, de los vicios, en algunas personas hacen malos tiempos, malos días a la sociedad en conjunto. La explosión de la soberbia (uno de los 7 vicios capitales) de Adán, al querer ser como Dios Creador, mucho daño ha causado a la humanidad. Y Dios sigue siendo Señor de la vida y de la muerte, y nos está esperando, al decir popular, a la vuelta de la esquina, para pedirnos cuenta de la libertad que nos dio mientras vivimos en esta tierra.
Dice la Biblia: (palabra de Dios) “Fíjate, hoy pongo ante ti la vida con el bien (virtudes), la muerte con el mal” (vicios).
Por ello, por la libertad, el hombre llega a ser aquello que quiere ser, es decir, aquello que con su libertad elige ser. Y seguimos así, libres para hacer una cosa u otra, siempre que nos dejen los demás y podamos realizarlo nosotros.
Los terroristas con la explosión de sus instintos, vicios, soberbia, ira, envidia… nos siguen causando días, tiempos malos. Y en la Cabaña Real de Madrid, el mayor mercado de la droga de Europa, los traficantes con la explosión de sus instintos, vicios, la avaricia, dinero y más dinero, hacen malos tiempos para los pobres drogadictos y sus familiares.
Dice Cervantes en el Quijote: “La libertad, Sancho, es uno de los más graciosos dones que a los hombres dieron los Cielos…”
Bien vemos nosotros que la persona humana, porque le da la gana, con ella hace el bien que puede o el mal a los demás, a la sociedad. Y si en este mundo, por la limitación humana, no siempre se premia el bien y se castiga el mal, Dios eterno “que tiene la sartén por el mango”, quiere decir esto que nadie escapa de sus manos, será justo y misericordioso al juzgarnos por nuestros actos.
