8 DE JULIO – Nació en Montemagno, entre Pisa y Lucca, Italia. Tras ocupar un cargo en la curia episcopal de Pisa, ingresó en 1135 en el Monasterio cisterciense de Claraval, donde tomó el nombre de Bernardo, y San Bernardo fue su superior en aquel monasterio. El Papa Inocencio II pidió que algunos cistercienses fuesen a Roma y San Bernardo envió a su homónimo como jefe de la expedición, estableciéndose en el convento de San Anastasio (Tre Fontane).
En 1145, a la muerte del Papa Lucio II, los cardenales eligieron para sucederle a Bernardo, el abad de San Anastasio. Este nuevo Pontífice tomó el nombre de Eugenio al ser consagrado en la abadía de Farfa. En enero de 1147, aceptó la invitación de Luis VII para ir a predicar la cruzada en Francia. En la segunda cruzada no tuvieron buenos resultados. El Papa permaneció en Francia hasta que el clamor popular por el fracaso de la cruzada le hizo imposible permanecer más tiempo. Durante su estancia, presidió los sínodos de París, Tréveris y Reims, ocupándose de promover la vida cristiana; reorganizó las escuelas de filosofía y teología. En mayo de 1148 tras pasar unos meses en Tréveris, el Pontífice volvió a Italia y excomulgó a Arnoldo de Brescia. San Bernardo dedicó al Sumo Pontífice su tratado ascético "De Consideratione", donde afirmaba que el Papa tenía como principal deber atender a las cosas espirituales.
Eugenio III partió de Roma en el verano de 1150 permaneciendo dos años y medio en la Campania, obteniendo el apoyo del emperador Conrado III y de su sucesor, Federico I Barbarroja, quien le permitió retornar a Roma, donde falleció el 8 de julio de 1153. Fue beatificado en 1872 por el Papa Pío IX.