Su padre siempre deseó que fuese militar, pero los religiosos que le instruyeron en su niñez, le prepararon y él se entusiasmó por la vida sacerdotal y pidió que le dejaran realizar sus estudios eclesiásticos, desde muy pequeño su deseo fue poder alejar el mal y el pecado de las almas de los demás.
En el colegio se burlaban de él los compañeros, parecía demasiado piadoso, pero poco a poco, con su amabilidad, se los fue ganando a su favor.
Siendo universitario huyó de la ciudad donde estudiaba porque una mujer joven pretendía hacerle pecar. José prefirió perder cualquier amistad, con tal de no ofender a Dios.
Su padre deseaba que José fuera el heredero administrador de sus muchos bienes y riquezas. En una gravísima enfermedad, el joven le prometió a Dios que si le concedía la curación, se dedicaría únicamente a trabajar por la salvación de las almas. El joven curó de la enfermedad, y entonces su padre le permitió cumplir su promesa y fue ordenado sacerdote. Con anterioridad, se había graduado doctor en la universidad de Alcalá de Henares, Madrid.