Los niños y adolescentes necesitan una interacción mucho mayor que una persona adulta. Tanto su desarrollo cognitivo como su aprendizaje social están directamente relacionados
con la interacción que tengan con otras personas.
La privación de estos contactos sociales y de una movilidad, que les permita poder jugar
e ir de un lugar a otro, está generando en los niños estados de ansiedad y depresión que si no son debidamente tratados pueden aumentar e, incluso, llegar al suicidio infantil, como de hecho ya está ocurriendo en algunos países, o en un aumento de la violencia doméstica.
En cambio, nuestros políticos a la hora de decretar el confinamiento o el bloqueo perimetral no parecen medir las consecuencias que la limitación de movilidad y el aislamiento social pueden tener entre los niños.
Según el especialista en educación Kerry McDonal, “El cierre de escuelas, los decretos para quedarse en casa y el cierre de empresas que se consideran 'no esenciales' están contribuyendo al aumento de las tasas de depresión y suicidio entre los jóvenes, así como al aumento de la incidencia de sobredosis de drogas… y muertes relacionadas”.
A pesar de los estudios de científicos, investigadores y educadores, que muestran cómo el confinamiento puede causar un daño severo en la salud mental y sicológica de los niños, la mayoría de los políticos en todo el mundo siguen recomendando el confinamiento o las limitaciones en la movilidad entre la población sin tener en cuenta las tremendas taras que esto puede causar especialmente a la población infantil.
Brad Palumbo, de la Foundation for Economic Education también lo advierte en su reciente artículo publicado el pasado 19 de marzo en la Gaceta do Povo, (Curitiba, Brasil): “miles de millones de personas en todo el mundo continúan viviendo en confinamiento o tienen una vida severamente restringida. Y para casi todos nosotros, la vida en medio de la pandemia de 2020 fue un año difícil y aislado. Sin embargo, los médicos advierten que los niños se enfrentan a graves consecuencias de salud mental como resultado de los encierros, lo que lleva a una 'epidemia internacional' de suicidio infantil”.