Ocupan actualmente el número 4 y 6 del ranking mundial. Nadal ha sido el número 1 muchas veces, y Carlitos no tardará en alcanzar el ansiado puesto.
En una época en que cada vez se inculca menos entre la juventud valores como el esfuerzo, la disciplina, la constancia o el respeto hacia los demás, estos dos deportistas, uno con 35 años y el otro con 19 recién cumplidos son un ejemplo y un referente para niños y mayores por los valores que trasmiten y su actitud en la cancha.
Me impresiona en ambos su humildad y su cercanía con el público, que los respeta, los aplaude y los admira. Los mejores deportistas los tienen en alta consideración. Son un referente de superación y valor. Saben ganar y saben perder. Ninguna mala actitud, ningún mal gesto, ninguna palabra fuera de tono.
En el campo meramente deportivo, son un ejemplo para nuestros futuros deportistas por
su afán de superación, su deseo de mejorar y de estar constantemente aprendiendo cosas nuevas.
Por su fuerza mental y su poder de concentración, clave por cierto en el deporte del tenis.
Y tienen la humildad de someterse dócilmente a las indicaciones de su coach de su entrenador físico y, en general, de todo el equipo.
Otro aspecto digno de admiración, especialmente en el caso de Rafa Nadal es la resignación con que acepta las lesiones o las limitaciones de su cuerpo, ya bastante castigado.
En una época en que los medios de comunicación, especialmente la serie televisivas y las películas nos inundan con mensajes tan poco edificantes, es de agradecer que tantos deportistas españoles –en concreto estos dos que he tomado de muestra– nos deleiten no sólo con su excelente juego sino con los valores que encarnan. Un ejemplo a seguir, para niños y mayores.