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¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?

Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano. 
Unos fariseos les preguntaron: 
- ¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido? 
Jesús les replicó: 
- ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? 
Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados -que sólo pueden comer los sacerdotes-, comió él y les dio a sus compañeros. 
Y añadió: 
- El Hijo del Hombre es señor del sábado.

Comentario Papa Francisco: En este pasaje del Evangelio, Jesús se presenta: Yo soy el Señor, el Señor también del sábado. En otra parte dira: El sábado se hizo para el hombre, y y no el hombre para el sábado. La centralidad de Él y también la centralidad del cristiano respecto a muchas cosas. Jesús es el centro, es el Señor. Una definición que no entendemos bien, porque no es fácil de entender. Lo cierto es que Jesús es el Señor en cuanto es quien tiene el poder, la gloria, quien tiene la victoria. Es el único Señor. Jesús es el centro que nos regenera y nos funda en la fe. En cambio los fariseos ponian en el centro de su religiosidad muchos mandamientos. Y Jesús dice de ellos: Imponen cargas en los hombros de la gente