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Primeros Papas del renacimiento

Nicolás V (1447-1455) fue sin duda, el prototipo del Papa humanista, mecenas y protector del renacimiento. Desde un principio dedicó sumas considerables a la renovación de la Ciudad Eterna, a las obras de arte y, sobre todo, al cultivo de los estudios humanísticos. Durante su Pontificado fue el centro de estos estudios. Una de las obras que más fama le han dado fue la fundación y aumento de la Biblioteca Vaticana. Bajo su mecenazgo trabajaron Fra Angélico, Perotti, File fo. y otros muchos. Impulsó notablemente la traducción de obras griegas, para lo cual trajo algunos eruditos griegos, como Láscaris y otros. De su alteza de miras son un indicio el favor que prestó a Valla y Beccadelli.

El año 1450 tuvo lugar el jubileo, que resultó un gran triunfo del Pontificado. A la reforma eclesiástica dedicó más atención de lo que suele suponerse. Apoyó los esfuerzos de Nicolás de Cusa e hizo redactar algunos proyectos de reforma. En Oriente tuvo lugar la caída de Constantinopla en 1553 y la presión creciente por parte de los turcos. Por esto Nicolás V trabajó por renovar la idea de una Cruzada.

Calixto III (1455-1458) pertenecía a la familia Borja, a la que favoreció constantemente, y su perpetua preocupación y como obsesión fue el promover una Cruzada contra los turcos. San Juan de Capistrano la predicó con gran eficacia. Sólo Hungría, directamente amenazada levantó un ejército al mando de Juan Hunyadi, el cual

obtuvo en 1456 la señalada victoria de Belgrado.

Pío II (1458-1464), el célebre humanista Eneas Silvio Piccolomini, fue digno continuador de la obra de Nicolás V. En el Concilio de Basilea había defendido ideas conciliares; pero luego se pasó al Papa y fue su gran defensor. Más tarde, elevado ya al solio pontificio, publicó su célebre retractación. Apoyó constantemente a los humanistas

y fue el centro del movimiento renacentista, dedicándose él mismo a diversos trabajos de este género. Pero, al mismo tiempo, dedicó su atención al peligro turco. Al fin, el rey de Hungría, Matías Corvino, y el príncipe Skandemberg obtuvieron grandes triunfos. En los asuntos de la reforma desarrolló grande actividad. Una comisión especial redactó un proyecto muy minucioso. Sin embargo, apena se puso nada en práctica. En Francia obtuvo ciertas ventajas, por lo cual concedió a sus reyes el título de cristianísimos.

Paulo II (1464-1471) dedicó poca atención a los estudios humanísticos. En cambio, se preocupó intensamente de la cuestión turca. Tomó medidas contra la academia de Pomponio Leto por sus tendencias paganas.

Extraído de “Compendio de Historia

de la Iglesia” Bernardino Lorca S.J)