Tengamos presente que la afectividad lleva a elegir lo que hace sentirse bien y a evitar lo desagradable. Por eso, cuando la persona es pequeña, su comportamiento es compulsivo y va tras lo que le produce el placer inmediato sin más planteamientos. La madurez, sin embargo, se caracteriza porque hay equilibrio entre la afectividad y la voluntad. Cuando no se logra la madurez, quien manda es la afectividad, lo que significa, que la persona vive siempre con motivaciones a corto plazo y siguiendo el dictado de las apetencias afectivas. Eso le produce una satisfacción momentánea y a continuación, una gran desazón, con lo que para neutralizar este sentimiento de malestar, la persona inmadura vuelve a hacer cosas que le hagan sentirse bien inmediatamente. De esta forma, termina metiéndose en un círculo vicioso que es característico de las adicciones.
Sólo se consigue ser inmune a una enfermedad contagiosa cuando se ha sufrido esa enfermedad y se ha sobrevivido a ella o… gracias a una vacuna que proporcione los anticuerpos que permitan a la persona crear unas defensas internas que la defenderán de los ataques de dicha enfermedad.
Propongo como vacuna preventiva para que los hijos se entrenen en el control de su mundo afectivo que se marquen como reto…
… aceptar con buena cara y sin continuas quejas lo que toca hacer ahora.
… someterse a un horario que establezca el tiempo de jugar, de ver la TV, de navegar por Internet, etc.
… vencer los enfados y poner buena cara ante los imprevistos o cambio de planes.
… hacer ejercicios de autocontrol sobre la imaginación cuando se propongan estudiar.
… no quejarse cuando la comida no les guste.
… mantener la calma cuando otras personas piensen de forma diferente.
… vivir todos los días el encargo que tienen en casa.
… levantarse cuando suene el despertador…
Termino recordando que la persona es un ser que se desarrolla mejor con un proyecto que sin él y que si los padres involucran en su educación a cada hijo… les transmitirán una mentalidad pro-activa y enfocada a centrarse en las soluciones.