La expansión del Cristianismo comenzó por Palestina, Siria con Antioquia, Asia Menor, Península helénica, no es necesario hablar, puesto que en estos territorios, según se ha visto, predicaron el Evangelio los Apóstoles. En ellos se desarrolló con toda intensidad.
El cristianismo en Italia
A la muerte de los Apóstoles San Pedro y San Pablo, el Cristianismo había arraigado profundamente en Roma. Del resto de Italia conocemos datos sueltos, que dan a entender que el Cristianismo penetró rápidamente. Son conocidas las Cristiandades de Puzol y Tres Tabernas. Asimismo, las recientes excavaciones de Pompeya indican que el Cristianismo, ya el año 77, había penetrado en aquel territorio. Existen tradiciones de origen apostólico o inmediato post-apostólico en Rávena, Milán, Aquilea, Bérgamo, Brescia y otras poblaciones. De hecho, en el siglo II existían ya obispos en casi toda Italia.
Las Galias
En las Galias existen muchas creencias o leyendas sobre el origen apostólico de diversas Iglesias. Son particularmente célebres las de San Lázaro, obispo de Marsella, y sus dos hermanas, María y Marta, así como también la de San Dionisio Areopagita, obispo de París. Mas, dejando estas leyendas, resulta muy probable que, dada la importancia del puerto de Marsella, el Apóstol San Pablo se detuviera en esta ciudad en su viaje a España. Pero, de todos modos, a mediados del siglo II existía una Cristiandad próspera, en la región de Lyon y Vienne. Poco después existían ya las iglesias de Marsella. Toulouse, Reims, Orange y otras.
Islas británicas y Alemania
La noticia más antigua que poseemos sobre la Gran Bretaña es el testimonio de Tertuliano a fines del siglo II, el cual afirma que ya había penetrado allí el Cristianismo. De la Germania sabemos también que ya en el siglo II se había introducido el Evangelio en la región renana, según lo atestigua San Ireneo. Poco después aparecen los núcleos cristianos de Colonia, Tréveris, Maguncia y otras ciudades.
España
La Iglesia española es de origen apostólico, por lo menos por la predicación de San Pablo. Pero, además, ya San Ireneo, hacia el año 180, habla de las iglesias establecidas en España, lo cual supone que el Cristianismo estaba bastante extendido. Poco después, Tertuliano afirma que todos los confines de España eran cristianos. Aunque se quite algo a esta expresión entusiasta de Tertuliano, esto indica que hacía ya tiempo había penetrado en ella y tenía hondo arraigo el Evangelio. A mediados del siglo III intervino San Cipriano en las diócesis de Mérida y León-Astorga, donde el Cristianismo había penetrado profundamente. Y los martirios de San Fructuoso, en Tarragona, y San Félix, en Zaragoza, indican lo mismo para éstos y otros territorios.
Egipto y la escuela de Alejandría
Ya se indicó la tradición sobre la fundación por San Marcos de la Iglesia de Alejandría. En todo caso, el Cristianismo entró muy pronto en Egipto y arraigó allí profundamente. Ya en el siglo II nos consta la prosperidad de esta Iglesia, en la cual, a fines del mismo, se pudo organizar la escuela de Alejandría. De Cartago sabemos también que penetró muy pronto el Evangelio. Seguramente fue llevado directamente desde Roma, ya en el siglo I. Hacia el año 200 aparece la Iglesia especialmente próspera con Tertuliano, y poco después con San Cipriano.
Por lo que toca a la Persia, Mesopotamia, India y otras regiones de fuera del Imperio, las noticias se reducen a las tradiciones que antes indicamos relacionadas con la predicación de los Apóstoles.
Compendio de Historia de la Iglesia Católica
Bernardino Llorca, S.J.
