Sin embargo, a muchos padres no les llega el presupuesto. Algo que parece tan sencillo y
poco costoso es un verdadero quebradero de cabeza.
Para comenzar, muchos padres que están en una situación económica de vulnerabilidad no pueden costearse los más de 400 euros que cuesta de media el material escolar. En este presupuesto entra únicamente los útiles escolares y los libros de texto. Sin contar el coste del uniforme cuando lo llevan.
Es verdad que hay programas como Accede, de la Comunidad de Madrid, de préstamo de libros, gestionados por los colegios que le hacen más fácil la adquisición de los libros,
pero no todos los colegios se acogen a esos programas.
Algunas familias acuden a las ONGs, como por ejemplo Ayuda Solidaria a los más necesitados, para que les ayuden en la compra del material escolar pero evidentemente esto es insuficiente para atender a los miles de padres necesitados.
El Gobierno y las Comunidades Autónoma deberían plantearse la imperiosa necesidad de que la educación en España reciba ayudas, sobre todo para las familias más necesitadas.
No podemos permitir que nuestro país tenga uno de los índices más altos en abandono escolar o que la preparación de nuestros jóvenes reciba una de las más bajas valoraciones, según los estudios que PISA hace anualmente.
La solución por supuesto no está en permitir que los niños pasen de curso con asignaturas
suspendidas ni en rebajar el listón de la exigencia académica. Se trata de darles los medios
para que los niños puedan sacar el máximo provecho de sus estudios.
Por otro lado, los políticos deberían llegar a un acuerdo de Estado de manera que el sistema educativo no se viera sometido a los vaivenes y ocurrencias del momento del ministro de turno.