San Atanasio (+ 373)
A la cabeza de los Padres alejandrinos se presenta San Atanasio. Fue el gran batallador
contra los arrianos, entusiasta de la vida monástica y escritor eminente. Sus obras, unas son de tipo apologético, como Contra los arrianos, otras de carácter histórico- ascético, como las varias sobre los monjes; otras teológicas, como Sobre la Trinidad.
San Basilio (+ 379)
Al lado de San Atanasio lucharon en Oriente contra la herejía los tres Padres capadocios: San Basilio, San Gregorio Nacianceno y San Gregorio Niseno. San Basilio, hombre de formación exquisita y gran orador, representa el tipo de prelado cristiano. No obstante su múltiple actividad, nos dejó preciosos tratados dogmáticos, como los Libros
contra Eunomio y sobre el Espíritu Santo, y, sobre todo, excelentes discursos.
San Gregorio Niseno (+396)
Era hermano de San Basilio, y es designado como el “Filósofo”, por la profundidad de su pensamiento. Contra los apolinaristas compuso el Antirrheticus adversus Apollinarium, y contra los arrianos, el Contra Eumonio.
Concilio II de Constantinopla
La cuestión de “los tres capítulos” alcanzó gran revuelo en el siglo VI. Justiniano I, aconsejado por Teodoro Askidas con el fin de atraerse a los monofisitas, condenó estos tres capítulos, o estas tres cosas: 1) La persona de Teodoro
de Mopsuestia y sus escritos; 2) los escritos de Teodoreto de Ciro contra San Cirilo; 3) una carta de Ibas de Edesa contra San Cirilo. Sobre esto versa toda la controversia. En Oriente fue bien recibido el decreto. En Occidente se elevó una protesta unánime, por suponer que la condenación de Teodoreto y de Ibas envolvía una condenación del Concilio de Calcedonia. El Papa Vigilio se opuso con decisión; pero conducido a Constantinopla, se adhirió, el año 548, a la condenación de los Tres Capítulos. Entonces
siguió una lucha apasionada entre el Occidente y el Papa Vigilio, entre éste y Justiniano. Lo único deplorable fue la vacilación de Vigilio. Al fin, en el de 553, celebró Justiniano I el Concilio II de Constantinopla (Vecuménico), en el cual se repitió la condenación de los Tres Capítulos. El Papa Vigilio admitió esta condenación. En Occidente fue poco a poco reconocido el Concilio como ecuménico, y, por consiguiente, la condenación de los Tres Capitulos.
Compendio de Historia de la Iglesia Católica Bernardino Llorca, S.J.