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Literatura eclesiástica

San Jerónimo (+ 420)

En su juventud fue anacoreta, pero luego estudio teología y exegética, y se aplicó en particular al hebreo, para completar los estudios escriturísticos. Como escritor, se distingue por su individualismo y originalidad. Es célebre por la traducción latina de la Biblia, llamada Vulgata. Como dogmático, escribió algunas obras fundamentales. Y con su traducción de la Historia de Eusebio y su obra Deviris Illustribus, se acreditó como buen historiador.

San Agustín (+ 430)

El más insigne entre los Padres latinos es, indudablemente, San Agustín. Se convirtió al cristianismo y fue bautizado por San Ambrosio el año 387. Fue elevado a la sede episcopal de Hipona en el 394. San Agustín se distingue por la profundidad de su talento, sus conocimientos amplísimos y su gran corazón. Su producción literaria es inmensa: sus Confesiones forman un género literario especial. En el campo teológico, lo hemos visto ya enfrentarse con los donatistas y pelagianos. Escribió, además, Sobre la Trinidad y otros

tratados semejantes. Como apologeta, nos presenta, ante todo, De la ciudad de Dios, que tanto nombre le ha dado. En moral y ascética, nos legó obras importantes. En exégesis bíblica, sobresalen, ante todo, sus homilías. Finalmente, en el campo religioso-filosófico, produjo obras preciosas, como De la inmortalidad del alma, y los Soliloquios.

San León Magno (+461)

En su pontificado dio muestras de sus dotes de gobierno. En lucha contra el monofisitismo, sintetizó el dogma católico en su célebre Epístola dogmática y nos dejó

un conjunto de sermones que lo acreditan de excelente orador.

San Hilario de Poitiers (+ 368)

Por su valentía contra los arrianos y por la solidez de su doctrina, fue designado como el Atanasio del Occidente. Nos dejó excelentes tratados en teología y polémica, sobre todo De la Trinidad.

San Paulino de Nola (+ 431)

Como obispo de Nola, compuso aquella serie de composiciones poéticas que tanto renombre le han dado y sus Poemas natalicios en honor de San Félix.

Rufino de Aquilea (+ 410)

Se distinguió por sus trabajos de Historia, en particular, por la traducción al latín de la Historia eclesiástica, de Eusebio, y la Historia de los monjes, de San Gregorio Naciancero

Otros escritores latinos

En la cuestión pelagiana tomaron parte algunos escritores, cuyos nombres ya citamos: Juan Casiano (+ 435), célebre por sus Colocaciones y sus Instituciones, o reglas para los cenobios; Arnobio el Joven, San Vicente de Lerins y Fausto de Riez. Todos éstos favorecieron la causa semipelagiana. Contra ella lucharon y escribieron diversas obras Próspero de Aquitania e Hilario, y más tarde San Cesáreo de Arlés. Se distinguieron también: Pedro Crisólogo (+ 450), por sus preciosos sermones; Máximo de Turín y otros. Como historiadores, merecen ser citados: Optato de Mileve, que compuso una historia sobre el donatismo; Sulpicio Severo (+ 420), conocido por su Crónica y su Vida de San Martín; Gennadio (+ 485), quien continuó la obra De los varones ilustres, de San Jerónimo.

Compendio de Historia de la Iglesia Católica

Bernardino Llorca, S.J.