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Diversos errores y Herejías

Priscilianismo

A mediados del siglo IV aparece Prisciliano al frente de un movimiento de personas íntimamente unidas, que se asemejaban a las sectas gnósticas. Tenían sus reuniones secretas y sus prácticas misteriosas, y llegaron a atraer muchos adeptos. Entre éstos se contaban los dos obispos Instancio y Salviano. Aunque no es fácil determinar su doctrina, se deduce de algunos fragmentos de Prisciliano, encontrados recientemente, que profesaban un ascetismo especial, dividían sus adeptos en tres clases, de los cuales los más perfectos poseían una especie de impecabilidad, proclamaban cierta inspiración interior.

Lucha contra el priscilianismo

El obispo Higinio fue el primero en darse cuenta de esta secta peligrosa, y poco después, Idacio de Mérida, los cuales iniciaron una dura polémica, El Concilio de Zaragoza del año 380 condenó una serie de prácticas en que parece debemos ver a los priscilianismo. Instancio y Salviano consagraron a Prisciliano obispo de Ávila, y asimismo a otros. Entre tanto, Idacio obtuvo del emperador Graciano el destierro de hereje. Prisciliano tuvo que salir de España, ganó en Burdeos para su causa a Eucrocia y Prócula; mas después de haber sido rechazado por el Papa San Dámaso y por San Ambrosio, Prisciliano y los cabecillas de la secta fueron presos para ser juzgados. El proceso lo emprendió el sínodo de Burdeos de 384, el cual condenó a Instancio al destierro. Entonces, pues, temeroso Prisciliano por su suerte, apeló al tribunal del emperador, el cual, no obstante las protestas de San Martín de Tours, una vez probado el delito, condenó a pena capital a Prisciliano y varios compañeros.

¿Qué juicio debe formarse de Prisciliano y su muerte? Por lo menos fueron fanatismo del tipo de algunos gnósticos. Sobre su muerte consta que fue condenado, según las leyes romanas, como reo de maleficio o de magia. Por consiguiente, conviene hacer notar que no fue condenado por herejía, como tampoco por la autoridad eclesiástica, sino por la autoridad civil.

Cuestiones origenistas

Aunque Orígenes había distinguido por su inmensa erudición y gran talento, incurrió en algunos errores, particularmente la preexistencia de las almas y la llamada apocatástasis. Esto dio ocasión a grandes contiendas en lo sucesivo.

La primera fase tuvo lugar en el siglo IV. Aparte otras críticas motivadas por cierto subordinacianismo de Orígenes que favorecería a los arrianos, tuvo especial resonancia la contienda cuando se pusieron en favor de Orígenes Rufino y Juan de Jerusalén, y, en contra del mismo, San Jerónimo y San Epifanio. Con esta ocasión se enemistaron San Jerónimo y Rufino.

La segunda consistió en otra gran discusión entre Teófilo de Alejandría, hombre de carácter violento, y San Juan Crisóstomo. En el fondo, esto sólo fue una ocasión para que Teófilo manifestara sus celos contra San Juan Crisóstomo, de cuyo destierro fue el principal instigador.

La tercera fase tuvo lugar en tiempo de Justiniano I, el cual publicó un edicto condenando nueve proposiciones de Orígenes, con lo que se encendió una gran discusión. El Concilio V ecuménico de 553 lanzó cinco anatematismos contra él.

Compendio de Historia de la Iglesia Católica

Bernardino Llorca, S.F.