Dos períodos
El primero es de crecimiento y superación de las diversas crisis que tuvieron lugar en los años 681 a 1073. Estas crisis son el cisma oriental, la catástrofe ocasionada por los arrolladores avances musulmanes y, sobre todo, el período de decadencia del siglo X, llamado siglo de hierro de la Iglesia. Pero, aun en este tiempo, recibe la Iglesia el refuerzo extraordinario de la formación de los Estados Pontificios y el establecimiento del nuevo Imperio romano occidental. Precisamente, los nuevos emperadores la ayudaron eficazmente a levantarse de la postración del siglo X. Al finalizar este período, el Pontificado había iniciado ya un cambio radical, y la Iglesia se encontraba en franco avance y reforma general.
La conversión del centro de Europa
La cristianización del centro de Europa y la reorganización de la Iglesia en todos los territorios de Alemania y de las Galias constituyen la base para la formación del gran Imperio romano occidental y para la significación que tuvo la Iglesia en adelante.
La Iglesia merovingia
A fines del siglo VII y principios del siglo VIII, la Iglesia merovingia se hallaba en un estado de gran decadencia, debida, en gran parte, a la inactividad de los llamados reyes holgazanes. Durante los últimos, el mayordomo de palacio Carlos Martel había echado mano de los bienes de la Iglesia, repartiéndolos entre los elementos seculares más adictos, lo cual había contribuido a aumentar el desorden, el descontento y la corrupción de costumbres.
En diversas regiones de Alemania, de Suiza y del Norte de Italia, habían trabajado San Ruperto de Worms, San Pirminio y San Columbano, fundando algunos monasterios. Pero su obra necesitaba un desarrollo más intenso y efectivo.
Monjes de las islas británicas
Los primeros esfuerzos para la evangelización de diversas regiones de Europa e intensificación de la vida cristiana los pusieron multitud de monjes provenientes de Irlanda, Escocia e Inglaterra, que en los siglos VII y VIII fueron verdadero plantel de apóstoles para Europa. Uno de estos apóstoles fue San Willibrordo, que trabajó en la región de los Frisones, la actual Holanda y Norte de Alemania. El año 695 fue consagrado obispo de Utrecht. Cerca de medio siglo duró su labor evangelizadora.
Compendio de Historia de la Iglesia Católica
Bernardino Llorca, S.J.