Los mecanismos de presión de la pandilla son muy fuertes, sobre todo si el chico o la chica, carece de unos buenos resortes de defensa. Adquirir esos resortes, requiere de un aprendizaje que posibilite la construcción de una personalidad que facilite al adolescente
mostrar su desacuerdo con las opiniones de otras personas.
Mientras la persona crece, alguien debe facilitar la construcción de su personalidad para que logre la madurez adecuada. Y como en cualquier otro ámbito de la vida, el aprendizaje
puede desarrollarse en un entorno favorable y positivo o desfavorable y negativo. ¿Cuándo se ofrece un entorno desfavorable y negativo para que los hijos aprendan bien?
– Cuando no existe un plan educativo concreto en la mente de los padres.
– Cuando, estos, piensan que los hijos irán aprendiendo, sin más, conforme pasen los años.
– Cuando los padres desconocen que el ejemplo de las personas que rodean al niño, a la niña, son determinantes en el aprendizaje.
– Cuando no se tiene claro que en el hogar debe haber unas pautas con el fin de ser respetadas por todos.
– Cuando no se delegan pequeñas responsabilidades. Al contrario, se les resuelve todo, evitando que se enfrenten a las dificultades, los retos, los miedos, el dolor, etc. Esta forma de proceder elimina un entrenamiento que es vital para desarrollar el “músculo” de la voluntad e impide aprender estrategias para afrontar esas dificultades.
Por lo tanto, conviene tener claro que se aprende a vivir en positivo cuando la persona…
– Se siente acompañada –no sustituida- en sus quehaceres.
– Nota el cariño y la confianza de padres y educadores, en vez de la decepción o la impaciencia.
– Cuenta con ocasiones de hacer, equivocarse y corregirse a través de comentarios serenos, acertados y positivos.
– Y se entrena en el día a día con esos quehaceres y encargos, que son servicios en el hogar. Así, se aprende a tener personalidad y a adquirir criterio.
Por el contrario, cuando se les resuelve continuamente las cosas o se les corrige sin cuidar el modo y las formas, se les transmite sentimientos de incapacidad y se les hace dependientes de otros.