29 DE NOVIEMBRE - "Taumaturgo" se le llama a las personas que hacen cosas prodigiosas, en el caso que nos afecta, Gregorio realizó “muchos milagros”. A este santo le pusieron ese nombre porque según la tradición popular, desde tiempos de Moisés, no se había visto a un hombre conseguir tantos milagros como los que obtuvo San Gregorio.
Muy joven viajó a Cesárea, Palestina, acompañando a una hermana; estando allí, conoció al sabio más grande de su tiempo y aprovechó para abrir una escuela de teología en dicha ciudad.
Al estallar la persecución de Decio en 250, San Gregorio aconsejó a los cristianos que se escondieran para que no tuvieran peligro de renegar de su fe cristiana por temor a los tormentos. En la historia de la Iglesia se hizo célebre la frase que dijo este gran santo poco antes de morir. Preguntó: "¿Cuántos infieles quedan aún en la ciudad sin convertirse al cristianismo?" Le respondieron: "Quedan diecisiete", y él exclamó gozoso: "Gracias Señor: ese era el número de cristianos que había en esta ciudad cuando yo llegué a misionar aquí. En ese tiempo no había sino 17 cristianos, y ahora no hay sino 17 paganos".
La gente del pueblo le invocó cuando hubo inundaciones y terremotos, y es que San Gregorio con sus oraciones y sacrificios logró detener terribles inundaciones que amenazaban acabar con todos los cultivos y las casas.