La razón de fondo
A vosotros los jóvenes — 05/07/2019
Conforme pasa el tiempo, cada vez tengo más claro que el valor real que tenemos los seres humanos no se entiende del todo si prescindimos de Dios.
Leer másUnos entre miles de millones
A vosotros los jóvenes — 04/06/2019
El ejercicio de reflexión que sugería en el anterior número de El Pan de los Pobres, a fin de ponernos en perspectiva y valorar todo lo que nos rodea en nuestro día a día, se vuelve todavía más complejo cuando caemos en la cuenta de las dimensiones del universo.
Leer másY esa olvidada
A vosotros los jóvenes — 03/05/2019
Dediqué el pasado artículo a defender la importancia de los animales en nuestra vida diaria, pues juegan un papel decisivo en la creación de Dios y merecen, por tanto, nuestro respeto, cuidado y simpatía. Cerraba el último párrafo aludiendo a un testimonio de San Francisco de Asís, quien comprendía casi mejor que nadie que el amor a cualquier especie animal conducía directamente al amor por Dios Padre.
Leer másEsos olvidados
A vosotros los jóvenes — 02/04/2019
Una de las ventajas de nuestro día a día en la ciudad es que tenemos acceso a un sinfín de recursos que el campo no posee: hospitales grandes y de calidad, medios de transporte cómodos, lugares de entretenimiento y recreación… pero también implica, en muchos casos, la presencia de un tráfico cada vez más incómodo y la incorporación a nuestras vidas de un ritmo diario más frenético y estresante.
Leer másUn paso atrás
A vosotros los jóvenes — 04/03/2019
Si en el anterior artículo hice una pequeña reflexión sobre el respeto y la consideración que merecen las personas de la tercera edad, nuestros abuelos y ancianos, en un mundo cada vez más desapegado a ellos, en esta ocasión me gustaría volver la mirada sobre su polo opuesto: los niños. O mejor aún, los no nacidos.
Leer másLecciones literarias
A vosotros los jóvenes — 04/02/2019
La mayoría de nosotros puede coincidir en la afirmación de que todo, o casi todo, está escrito ya.
Leer másUna lucha constante
A vosotros los jóvenes — 03/01/2019
Supongo que está arraigada en lo más profundo de nuestra condición humana. El primer libro de la Biblia, el Génesis, tarda pocos versículos en mostrarla. Y no sólo nos habla de ella, sino que nos desvela las fatales consecuencias que se pueden derivar de ella.
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