Nació en Almenara (Castellón) a finales del siglo XIX, en el seno de una familia humilde, con ocho años perdió a sus padres y a cuatro de sus cinco hermanos. A los 13 años sufrió la amputación de la pierna izquierda a la altura del muslo. A punto de morir, Genoveva sobrevivió para convertirse en una mujer fuerte, valiente, animosa, capaz de sufrir sin queja, amorosa, humilde, sencilla. Con quince años ingresó en la “Casa de Misericordia” de Valencia, donde las Carmelitas de la Caridad cuidaron de ella. Diez años de su vida pasó con estas religiosas, con quienes profundizó su formación espiritual y su relación con Dios, hasta el punto de solicitar su ingreso en la Congregación. Ante la negativa, motivada por su imposibilidad física, Genoveva irá descubriendo el camino que Dios le tiene reservado: la fundación de una congregación que atienda, con amor, a mujeres solitarias, afligidas, dando sentido a su vida y estimulando su práctica religiosa.
En 1911 se inaugura en Valencia la primera residencia de la Asociación que recibirá el nombre de Sociedad Angélica del Sagrado Corazón, siendo el definitivo Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Santos Ángeles. Será Zaragoza donde instalen la Casa General y el Noviciado, en una hospedería ubicada a los pies de la Virgen del Pilar e inaugurada en 1941. A pesar de su cojera, la Madre Genoveva viajará por las principales ciudades españolas fundando residencias, en Madrid, Barcelona, Bilbao, Santander, Pamplona… resolviendo problemas, atendiendo a sus hijas… Mujer enferma durante toda su vida, falleció en Zaragoza en 1956. Fue canonizada el 4 de Mayo de 2003 por el Papa Juan Pablo II en la Plaza de Colón, Madrid (España).