No podemos perder de vista que un niño, una niña, aprende cuando pone a prueba sus habilidades y contrasta los hábitos y actitudes de las personas que le rodean con sus potencialidades singulares. 

El mes pasado facilitaba unos títulos de libros que pueden ayudar a padres y madres a descubrir claves y pautas que les sirvan para la educación de los hijos. 

El cariño y la exigencia forman un tándem privilegiado para conseguir educar con éxito a los hijos. 

La ideología de género ha sido comparada por el Papa con el nazismo y el comunismo y numerosos obispos la han definido como el nuevo totalitarismo del siglo XXI.

Con las vacaciones aumenta el tiempo que estamos juntos y lo que resulta deseable y atractivo es poder mostrar nuestro cariño a los otros miembros de la familia.

Comentaba en el número anterior, la importancia que tiene pararse a pensar y prever en el horario semanal de una familia, unos momentos de silencio para poder dedicarlos a reflexionar. Y es que vivimos en una época en la que los modelos que nos proponen para imitar, tienen el atractivo del fuego artificial: personas “famosas” en vez de personas “ejemplares” y eso hace que nuestra atención se fije en cómo lograr la conquista de un trono equivocado.

Diferencias entre el cerebro de la mujer y el del hombre

En esta ocasión propongo una serie de pistas que puedan ayudar a los padres en la orientación de sus hijas e hijos, a la hora de que, estós, se propongan metas para mejorar sus puntos débiles.