Guillermo nació en Vercelli, de una noble familia, hacia el año 1085. A los quince años se dedicó a recorrer los principales santuarios de Europa; entre ellos, Santiago de Compostela. Intentó, también, ir a Tierra Santa, pero fue disuadido por San Juan de Matera y por otra razón aun más contundente: una paliza propinada por unos ladrones.
A raíz de ese desagradable incidente, se dirigió a Montevergine. Buscaba la soledad, y en ese lugar fundó, en 1128, la congregación benedictina de Montevergine. La regla que impuso a los monjes era muy austera: “en las comidas no se permitía el vino, la carne, la leche y sus productos y, durante tres días a la semana, no había otro alimento que verduras y pan seco”.
Pero no fue éste el último destino de su peregrinación. Los monjes se sublevaron ante tanto rigor y San Guillermo eligió a un prior que gobernara la comunidad. Y así vivió, posteriormente, en el Monte Cognato y en la llanura de Goleto, en cuyo monasterio murió el 24 de junio de 1142. En 1807, su cuerpo fue trasladado a Montevergine.
Entre otras actividades de su singular vida cabe reseñar que aconsejó al rey Rogelio II de Nápoles. Algunos cortesanos no veían bien la influencia del santo y, en una escena que se repite con frecuencia en las vidas de los santos de la Edad Media, urdieron una trama:
“Le enviaron a una mujer de mala vida, con instrucciones para que le hiciese caer en pecado. Guillermo recibió a su visitante en una habitación con chimenea al fondo, donde ardía un gran fuego. Tan pronto como la mujer empezó a ejercer sus artes de seducción, el santo se encaminó hacia la chimenea, apartó las brasas con sus dos manos de manera que formó una angosta brecha en la hoguera; en aquel espacio se tendió e invitó a la tentadora para que se echara junto a él. Al verlo entre las llamas, la mujer comenzó a proferir gritos de horror; pero instantes después quedó muda de asombro, porque Guillermo se alzó de entre las brasas y salió de la chimenea completamente ileso. Aquel milagro hizo que la mujer se arrepintiera: renegó de su pasada vida de pecado y no tardó en tomar el velo en el convento de Venosa”.
Como santo fundador que es, su imagen es una de las que se pueden contemplar en la Basílica Vaticana. Aparece representado como un abad de aspecto serio e imponente.La abadía de Montevergine sigue existiendo y, en la actualidad, pertenece a los benedictinos de la congregación de Subiaco.
El día de San Guillermo de Vercelli es el 25 de Junio. Como me llamo igual que él – y no soy el único que llevo este nombre entre los lectores del blog – le dedico, con sumo gusto, este post.