Se celebra un solemne baile en el salón de ceremonias del Ayuntamiento de Viena. Invitados por el alcalde acuden numerosos miembros de la burguesía y aristocracia de la ciudad. Las elegantes damas de la sociedad vienesa, formando un paleta multicolor con sus vestidos de seda rematados con finos volantes de tul y sus discretos tocados, amenizan la severidad de militares, diplomáticos, funcionarios municipales, escritores, aristócratas, hombres de ciencia, magistrados o eclesiásticos.
Por un momento, las conversaciones se han suspendido: acaba de llegar el personaje principal de la noche, el archiduque Leopoldo de Habsburgo-Toscana, al que vemos en el centro de las miradas, vistiendo de azul y con numerosas condecoraciones en el pecho. Justo detrás, el anfitrión, luciendo su imponente collar de regidor.
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Saludos, fórmulas de cortesía, modos de ser que de algún modo perviven pero que se van depauperando a lo largo de los tiempos, víctimas de una equiparación gris y vulgar.
La cortesía es una virtud inherente a una sociedad auténticamente fraternal y exige la práctica de tres virtudes: la humildad (que es la verdad), y nos hace ver lo que somos, ni más ni menos; la justicia, (dar a cada uno lo suyo) que nos hace tratar a cada uno de forma diferente, y la caridad, que nos hace “ignorar” ciertos defectos del otro y tratarlo como si no los tuviera.
Así pues, la cortesía auténtica está basada en el sacrificio. Y consiste en el gusto por dar gusto a los otros. Humildad, justicia, caridad: virtudes que sólo pueden florecer en la tierra fértil de una sociedad fraternal, por ser armónicamente desigual.
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WILHELM GAUSE nació en Krefeld (Alemania), en 1853 y murió en 1916 en Stein (Austria). Fue un pintor de retratos y de género, e ilustrador de la Escuela de Dusseldorf. Estudió pintura en Düsseldorf y fue miembro de la asociación de artistas Malkasten, pero en 1879 se mudó a Viena, destacando como dibujante de gouaches e ilustrador de periódicos. Su especialidad eran las representaciones de la vida cotidiana en Viena y eventos sociales como bailes y fiestas. Expuso en numerosas muestras austriacas e internacionales. Sus tres hijas Mini, Grete e Isolde también se dedicaron a la pintura.