CUANDO Eliseo enfermó, fue a visitarle el rey de Israel, y al verle se deshizo en llanto y exclamó:

SALOMÓN sucedió en el trono a su padre David. Tan pronto como hubo liberado a la nación de los enemigos que la molestaban, estando todo en paz dio gracias al Señor con un sacrificio solemne de mil víctimas. Agradó mucho a Dios este holocausto, y la noche siguiente se le apareció y le dijo:

Con muchos portentos dio a conocer Eliseo que había pasado a él la virtud de Elías. He aquí los principales.

LA brevedad de la vida activa de San Antonio no fue obstáculo para que nuestro santo fuera distinguido por Dios con la capacidad de obrar milagros y hechos maravillosos, por su intercesión. Es imposible relatar todos ellos, por lo que haremos mención de algunos muy destacados en su vida.

Introducción

Todos los lectores de EL PAN DE LOS POBRES conocen la vida de nuestro santo patrono y protector, San Antonio de Papua, pero ciertamente, el paso del tiempo y las circunstancias que rodean nuestras vidas, dan lugar a que hayamos dejado en el olvido: e momento, el entorno familiar y social, el espíritu de amor a Dios, que rodearon los diferentes pasos y decisiones, que Fernando fue tomando en su vida, desde muy niño.

Durante su primera estancia en Padua, Fray Antonio preparó los Sermones dominicales, según dice la Assidua  [1], retirado en alguno de los conventos que allí existían, el Hospicio de Arcella, junto al Monasterio de las Clarisas, o el Eremitorio de Camposampiero, donde pasaría algunos meses en soledad entre 1227 y 1230, mientras ejercía su ministerio.

En 1226 San Antonio es nombrado Custodio de los Frailes menores, en la Región de Limoges.