En la “Cámara Santa” de la Catedral de Oviedo se conservan un gran número de reliquias, llegadas de Tierra Santa, que se veneran desde la Edad Media. La más importante de ellas es el Santo Sudario de Cristo

La Catedral Basílica de Tortosa custodia la preciada reliquia de la Santa Cinta de la Bienaventurada Virgen María. El honor se ha visto enriquecido con la suma continuada de los siglos, y ya van nueve, durante los cuales, en muy diversas circunstancias históricas, la reliquia se ha convertido en el tesoro de los hijos de Tortosa.

El Convento de los Carmelitas está localizado en las inmediaciones del Santuario de la Virgen de la Fuencisla y próximo a la iglesia de la Vera Cruz, es un buen ejemplo de arquitectura del siglo XVII. Una escalinata de piedra, a modo de subida al Monte Carmelo nos adentra en él.

El 28 de octubre de 2003 la Santa Sede concedió al templo el título de Basílica Menor y el Arzobispo de Oviedo lo declaró «Santuario Diocesano del Sagrado Corazón

La Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, de Gijón se alza frente al Real Instituto Jovellanos. Fue construida en 1918 en estilo neogótico y modernista siguiendo el proyecto inicial del arquitecto catalán Juan Rubió Bellver, discípulo de Gaudí.  La fachada es del gijonés Miguel García de la Cruz.

En un altar lateral de la iglesia de San Francisco de Borja, situada en la calle serrano, en Madrid, se veneran los restos del santo de Gandía. Su fiesta es el 3 de octubre. En el claustro, reposa también el cuerpo del llamado “apóstol de Madrid”, el venerado Padre Rubio S.J., canonizado por Juan Pablo II en 2003.

En el inventario de reliquias y manuscritos que el rey Felipe II mandó elaborar al erudito Ambrosio de Morales figura una de singular curiosidad: unas gotas de la leche materna de la Virgen. En la actualidad se custodia en el museo de la Catedral de Murcia y según la tradición se licua cada 15 de agosto.

El primer texto que habla de la traslación de los restos del Apóstol es una epístola que se atribuye al obispo de Jerusalén, llamado León, y se dirige a francos, vándalos, visigodos y ostrogodos y por tanto se puede situar en torno al año 500.